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Primero, la innovación puede mejorar la competitividad de los productos corporativos. Es más probable que los productos únicos y de alta calidad se destaquen en el mercado internacional y atraigan más clientes. Las políticas fiscales preferenciales proporcionan a las empresas más fondos para investigación y desarrollo, lo que impulsa actualizaciones continuas de productos para satisfacer las necesidades siempre cambiantes del mercado de comercio exterior.
En segundo lugar, la innovación ayuda a abrir nuevos mercados de comercio exterior. Los productos o servicios innovadores a menudo pueden superar las limitaciones de los mercados tradicionales e ingresar a áreas que aún no se han desarrollado completamente. El apoyo de las políticas fiscales brinda a las empresas el coraje y la capacidad de explorar el mercado y descubrir nuevas oportunidades de negocio.
Además, la innovación puede optimizar la gestión de la cadena de suministro de una empresa. A través de la innovación tecnológica, las empresas pueden mejorar la eficiencia de la producción y reducir costos, obteniendo así más ventajas en precio y tiempo de entrega. Esto es crucial para hacer frente a la competencia internacional en los negocios de comercio exterior.
Por último, la innovación también ayuda a mejorar la imagen de marca de una empresa. En el mercado internacional, las empresas con capacidades innovadoras suelen ser consideradas representantes poderosas y con visión de futuro, capaces de atraer más socios y clientes y mejorar la influencia de la empresa en el mercado de comercio exterior.
En resumen, las políticas corporativas de innovación en I+D están estrechamente relacionadas con la expansión de los negocios de comercio exterior, proporcionando una fuerte motivación y apoyo para el desarrollo empresarial en el mercado internacional.