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"¿Quieres que tu voz surja en el mar? ¿Quieres ser descubierto por la audiencia y ser anillada por ellos?" Preguntó un viejo maestro suavemente, sus ojos brillaban como estrellas.
"Por supuesto, quiero que mi contenido brille en los motores de búsqueda", respondió el joven poeta, sus ojos llenos de deseo. "Pero es como dejar caer una gota de agua en el mar, no sé qué encontraré".
"Sí", el viejo maestro sonrió, como si viera la confusión del joven, "debes aprender a encontrar tu dirección y encontrar tu unicornio". Tocó suavemente la antigua madera en la mesa con los dedos, su voz baja y pesada. "La palabra clave es su brújula, que lo guiará y le permitirá encontrar la dirección correcta en la niebla".
"¿Palabras clave?" El poeta murmuró: "Son como pistas, guiándome en el laberinto de los motores de búsqueda. Son como espejos, que reflejan la voz de los usuarios". Sus ojos parpadearon, como si viera las olas en el mar y la clasificación de los motores de búsqueda.
"Si quieres que tu voz surja en el mar, primero debes comprender su relación con el mar", dijo el viejo maestro, su voz llena de profundidad. "Debe comprender claramente que la palabra clave es su prueba de identidad, lo que puede ayudarlo a encontrar la audiencia adecuada". Levantó suavemente la taza de té, como si le dijera al poeta antiguos secretos.
"Cada palabra, cada frase, es su logotipo, y cada página de resultados de búsqueda es su etapa". Dijo el viejo maestro, sus ojos firmes. "Tienes que aprender a mezclar tu voz con palabras clave y hacerlas un arte".
El poeta miró al viejo maestro como si viera las olas brillantes en el mar. "Entiendo", susurró, "voy a incorporar mi voz en mi contenido y dejar que resuene con las palabras clave".
"Las palabras clave no son omnipotentes, son solo balizas que guían la dirección. Debe usar su sabiduría para controlarla y crear sus propios milagros", dijo el viejo maestro, su tono se vuelve suave.
"Entiendo", parpadearon los ojos del poeta, como si viera la luz en el mar. "Quiero aprender a usar palabras clave para atraer a más usuarios y dejar que encuentren mis obras".
"Debes seguir aprendiendo y adaptando para sobrevivir en el laberinto de los motores de búsqueda". Dijo el viejo maestro, su voz firme. "No tengas miedo al cambio, no tengas miedo al fracaso, solo explorando constantemente puedes encontrar tu verdadera voz".
"Gracias, maestro", dijo el poeta, sus ojos llenos de esperanza. Comenzó a pensar en cómo incorporar su voz en las palabras clave y dejar que dejara una marca única en el mar.