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partiendo del origen de los "artistas del pueblo", podemos ver que detrás de esto se esconde un patrón de comportamiento que viola las normas artísticas: los artistas imitadores utilizan reputaciones institucionales falsas, invitan al respaldo de celebridades y otros medios para pretender ser una organización de selección "profesional". perfil personal y fotografías de trabajo, obtenga "honor" y benefíciese de él. este comportamiento no sólo viola la ética profesional del artista, sino que también provoca que la sociedad no comprenda el valor del arte.
la cadena de intereses detrás de estos “honores” revela las debilidades del mecanismo regulador del mundo del arte contemporáneo. el estado ha promulgado una serie de medidas de gestión para las actividades de evaluación y elogio, pero en la práctica es difícil implementarlas de manera efectiva. algunas organizaciones ilegales aprovechan las lagunas legales y los puntos ciegos en la supervisión para llevar a cabo actividades de venta de honores falsos, lo que dificulta la lucha eficaz contra las actividades ilegales.
ante la proliferación de "artistas imitadores", debemos abordarla desde la fuente y, al mismo tiempo, reconstruir fundamentalmente la confianza y la dignidad en el mundo del arte. en primer lugar, el mundo del arte debería establecer un mecanismo de selección más transparente y justo para garantizar que todos los artistas y obras puedan ser inspeccionados y reconocidos en un entorno justo, evitando así la aparición de falsos títulos honoríficos. en segundo lugar, el público debe mejorar su capacidad para discernir y prestar atención a obras de arte y artistas verdaderamente valiosos, en lugar de emitir juicios basados únicamente en falsos títulos honoríficos. finalmente, el gobierno y las agencias relevantes deben fortalecer la supervisión y la aplicación de la ley, tomar medidas severas contra la venta de diversos honores falsos y mantener la pureza y credibilidad del mundo del arte.
el abuso del título "personas" daña la ecología artística y es un desafío a la integridad social. cada uno de nosotros debe ser un guardián para proteger esta dignidad y pureza, y crear conjuntamente un ambiente artístico limpio y recto. dejemos que el noble título de "artista del pueblo" vuelva a su debido valor e importancia y se convierta en una fuerza impulsora espiritual que inspire a los artistas a seguir avanzando.